Ahora ponen la mira en los argentinos que reservan pasajes para hacerse de dólares y luego cancelan el viaje
El cepo impuesto a la compra de divisas se ha ido cerrando cada vez más. Y ahora alcanzó tal magnitud que ya fue suspendida la posibilidad de adquirirlas como forma de ahorro. La disponibilidad para fines turísticos sigue en pie y, ante ello, surgen algunas «picardías» que se buscan erradicar
Poco a poco, desde noviembre a la fecha, el Gobierno fue cerrando la «canilla de dólares».
De un sistema de compra libre, que primó hasta antes de las elecciones presidenciales, se pasó a otro que -en una primera instancia– sólo validaba la adquisición a aquellos quedemostrasen suficiente capacidad de ingresos para adquirir divisas.
Luego se fue acotando esta alternativa, hasta llegar a la situación actual en la que directamentequedó vedada la posibilidad de hacerse de billetes verdes para atesoramiento.
Ahora, la forma casi excluyente que encuentra un particular para poder comprar -más allá de casos que revistan particular urgencia, como puede ser temas de salud- es la de informar que requiere de esos dólares para viajar al exterior. Es decir, con fines turísticos.
Así las cosas, una «picardía» comenzó a aflorar y obliga a los funcionarios a posar su «atenta mirada«.
Según pudo saber este medio, algunos particulares emiten una reserva que los habilita a quedar «validados» para la adquisición de billetes verdes para luego darla de baja.
Expertos consultados vertieron sus opiniones sobre esta práctica que ya suscita polémica y obliga a las autoridades a reforzar los controles.
Cómo es la maniobra
Reconocidos tributaristas y asesores de empresas, que pidieron reserva de identidad, explicaron aiProfesional.com que algunas personas vienen consultando sobre una nueva maniobra utilizada como vía para hacerse de billetes verdes: las «reservas» de vuelos.
A la hora de explicar cómo es la mecánica, un empresario del sector turístico detalló que «algunos particulares ingresan a la página web de una aerolínea, reservan un pasaje -lo cual no implica gasto alguno- y luego vuelcan tales datos en la página de la AFIP a fin de validar la compra de dólares«.
«Una vez aprobados los datos por el fisco nacional, concurren al banco o a la casa de cambio yobtienen la moneda norteamericana a la cotización oficial«, agregó.
Ante la pregunta respecto de qué sucede con la reserva efectuada, la fuente consultada indicó que «luego la dejan caer, ya que esto no tiene costo alguno. Y, posteriormente, señalan motivos personales por los cuales el viaje fue pospuesto o cancelado».
«De esta forma, lo que hacen es recurrir a la única ventanilla que hoy por hoy queda en piepara los particulares, salvo casos de urgencia», recalcó el empresario.
Este medio consultó a tributaristas sobre cuál es la diferencia entre efectuar el mecanismo citado -hacer dicha reserva y volcar los datos en la página de la AFIP- o completar el formulario con datos que no se ajustan a la realidad, o bien sin ese código.
«Al efectuar la reserva -con la documentación correspondiente- el contribuyente estaría en condiciones de enfrentar, llegado el caso, al fisco y argumentar simplemente que el viaje no pudo realizarse por algún motivo personal», explicaron los especialistas.
«En cambio, si obtienen dicha validación sin contar con toda la documentacióncorrespondiente, se les complicará justificar la operatoria y posterior compra de dólares«, aseguró el experto.
Los especialistas advirtieron por último que «si bien se puede realizar una reserva de vuelo todos los días, la AFIP no validará a diario la operación. Por eso, algunos particulares -e incluso los denominados viajeros frecuentes– las realizan de manera espaciada».
Otras picardías criollas
La metodología antes citada no es la única a la que se apela a la hora de quererse hacer de divisas. En este sentido, el economista Lucas Llach dio cuenta de otros mecanismos.
Uno de ellos es el de la «fuga hormiga» de billetes que se realiza a través de PayPal, un sitio de Internet que permite enviar dinero a cualquier persona que tenga una dirección de email. Con él, los ahorristas pueden decidir pagar en pesos el giro de dólares a otra persona de confianza.
Sin embargo, todo esto está atado a costos y a comisiones incluidas en la transacción: un 5,4% del monto en dólares, más u$s0,30 por operación, más u$s11 adicionales por la emisión del cheque, más un 3% del importe que le cobrará el banco local que le pague la operación. A esto se suma una limitación impuesta de u$s300 para cada envío.
Igualmente, los costos sumados terminan por ser bastante más accesibles que los que debería afrontar un ahorrista por incursionar en el mercado paralelo. Por ejemplo: si el usuario decidiera enviar un pago de u$s300, el destinatario terminaría cobrando en ventanilla unos u$s264,3. Pero pagaría por ellos 1.360 pesos.
La cotización de esta «fuga PayPal» puede ser incluso más baja si se decide realizar más operaciones (un máximo de cuatro) o si se opta por cobrarla en una cuenta en el exterior.
De igual manera, otra alternativa consiste en poner en venta un producto cualquiera en el sitio de subastas de EBay, que puede ser comprado también por alguien que resulte de confianza para el vendedor. Por lo tanto, la transacción se realiza en dólares, con un pago que debería ser cobrado también con comisiones en una cuenta del exterior.
Otra opción, más costosa, consiste en la compra de un bono en moneda norteamericana en el mercado de capitales, por el cual el ahorrista termina cobrando su amortización en esa divisa al vencimiento.
Una alternativa más placentera -pero onerosa- es la de un viaje corto al exterior, por ejemplo a Colonia, Uruguay.
Según detalló Llach, si se tiene en cuenta que un pasaje en ferry se puede conseguir desde los $376 pesos ida y vuelta, en el caso de que el organismo oficial valide la compra de 1.000 dólares, esta persona habrá pagado el billete norteamericano a $4,87, incluyendo el costo del viaje. En este caso la operatoria también es legal.
En la misma línea se encuadra el llamado «dólar casino«. Para ello, los viajeros compran fichas en un local de juegos de azar del exterior con su tarjeta de crédito. Pero, en lugar de jugarlas, deciden devolverlas en la misma ventanilla a cambio de hacerse de divisas.
Al final del mes se debe pagar al banco esa transacción en pesos, al tipo de cambio oficial del día del cierre de resumen de la tarjeta.
En relación con el uso de los plásticos, iProfesional.com dio cuenta de cómo creció la utilización de los mismos fronteras afuera, a punto tal que en lo que va de 2012 el saldo se duplicó en relación a los niveles del año pasado.
Y la razón de esta operatoria se encuentra en que luego las compras efectuadas se convierten en el resumen de la tarjeta al valor oficial, lo que se constituye en un mecanismo para aprovechar el «dólar subsidiado» del BCRA que, actualmente, es percibido como barato (ver nota: Fuga «indomable»: se disparó el uso de tarjetas desde el exterior para así ganar con el «dólar oficial subsidiado»).
En este contexto, Raúl Ochoa, exsubsecretario de Comercio Exterior, destacó que el hecho de que subsistan libertades para el uso de tarjetas de crédito «está ayudando a sostener el fenómeno de los microimportadores. Es decir, argentinos que salen a hacer shopping a Chile, Uruguay y Miami, y después venden todo en portales de comercio electrónico locales, sacando rédito de las grandes diferencias de precios».
Según el economista Tomás Bulat, la posibilidad de que los argentinos que viajan al exterior y consuman con tarjeta en dólares luego puedan cancelar sus saldos al tipo de cambio oficial, «claramente está actuando como una suerte de subsidio al consumo«, especialmente en un escenario en el que otras actividades no pueden escapar a la realidad del «cepo».
Fuente: Iprofesional.com