La «Generación Dorada», un equipo de alta performance que profesionales y empresas deberían imitar
Los basquetbolistas argentinos buscan en los Juegos Olímpicos de Londres ponerle un broche de oro a un ciclo histórico. Tras la derrota contra EE.UU., hoy se jugarán ante Brasil el pase a semifinales. ¿Cuáles son los 10 rasgos que los distinguen como grupo? ¿Qué desafío tienen de cara al futuro
Melbourne, Australia, agosto de 1997. En sus comienzos como integrantes de la Selección Argentina de básquetbol, muchos de los jugadores de la hoy «Generación Dorada» sufrieron una derrota que los marcó para siempre.
Durante el 2do Campeonato Mundial Sub 22, la semifinal contra el equipo local de Australia «parecía ganada», pero dos bombazos sucesivos de tres provocaron la derrota y la frustración por no jugar la final.
La Argentina vencía 68-65 cuando faltaba menos de un minuto, pero restando 34 segundos el equipo australiano empató el partido y a apenas un segundo del epílogo el contricante clavó el triple letal: 71-68.
Los seguidores de la disciplina aún recuerdan el final de esa contienda: los chicos argentinos tirados en el piso, abrazados y llorando. El entrenador, Julio Lamas, todavía hoy no sabe cómo pudieron llegar al vestuario. Iba a hablarles, pero no pudo: todos seguían llorando.
Tras ese partido y con el sabor amargo que les dejó haber quedado en el cuarto lugar, en el equipo argentino se juraron ganar «algo importante». Y vaya si lo hicieron.
De hecho, la «Generación Dorada» no sólo se consagró como el primer equipo en la historia en ganarle al Dream Team estadounidense durante el mundial de Indianápolis en 2002 sino que, a los dos años, consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y, cuatro años más tarde, en Beijing, se colgó la de bronce.
Por estos días, los jugadores conducidos por Julio Lamas pelean por cerrar su exitoso ciclo con el broche de oro que se merecen. Es que, para ellos como grupo, Londres 2012 significa su última gran aventura.
Y si. Es el equipo con el mayor promedio de edad del torneo olímpico. Su base titular supera los 30 años. Pablo Prigioni cumple 35 en unos días, Carlos Delfino llega a los 30 a fin de mes, Emanuel Ginóbili está estrenando los 35, mientras que Andrés «Chapu» Nocioni se anota 32 y, Luis Scola, 31.
Tras la derrota contra la selección de Estados Unidos, este miércoles dejarán el alma en la cancha para ganarle a Brasil y pasar así a la semifinal. El partido de hoy es a todo o nada.
Aunque el seleccionado dirigido por Rubén Magnano es un rival difícil, los argentinos están a la altura de las circunstancias. Es, sin lugar a dudas, un equipo de alta performance, profesionales que, en el mundo de las empresas, representan apenas el 5% de las dotaciones.
Desde una mirada organizacional, el director del centro Talento y Management del IAE Business School, Andrés Hatum, destaca que «son perfiles por los que las compañías se sacarían los ojos.»
Tal como describe el profesor, «son todos exitosos, los mejores en lo suyo, poseen conocimientos específicos, manejan situaciones de complejidad y, si bien ya están realizados tanto profesional como económicamente, no dudan en ir por más.»
La pregunta que surge es inevitable: si ya alcanzaron la gloria, ¿qué los motiva, entonces?
La respuesta de Hatum es inmediata y tajante: «Lo que moviliza a este grupo, en el que no sólo hay sinergia sino también muchísima química, es la trascendencia, el querer convertirse en lo mejor que haya existido».
Pero además de su diferencial como equipo de alta performance, iProfesional.com relevó otrosdiez atributos presentes en la «Generación Dorada» que toda compañía que busque alcanzar resultados extraordinarios debería tener en cuenta:
1- Un líder que aglutina
Tras el oro olímpico que el equipo consiguió en 2004 bajo la batuta de Rubén Magnano (hoy al frente del seleccionado brasileño), Sergio Hernández tomó la responsabilidad de conducirlo y logró mantenerlo en el máximo nivel. En ese entonces, su asistente era Julio Lamas.
En estos Juegos Olímpicos, el binomio se conserva, pero invertido.
Al respecto. Alejandro Melamed, Vicepresidente de Recursos Humanos de Coca-Cola para Latinoamérica Sur y autor del libro Empresas (+) Humana, remarca que en los tres casos siempre se trató de líderes respetados y buenos referentes.
En su opinión, esto es muy importante ya que «para dirigir gente tan profesional debe se alguien que tenga autoridad que, a diferencia del poder, se reconoce desde abajo.»
«Los jugadores de la Generación Dorada no ven a Lamas como mejor que ellos sino como el mejor conductor, que es distinto», resalta el directivo de Coca-Cola.
En tanto, Hatum enfatiza que en este caso «se necesita un líder muy especial porque al haber tantas estrellas tiene que ser aglutinante en cuanto a la forma de juntar al grupo y trabajar en equipo.»
Y Gloria Cassano, experta en Recursos Humanos, también ofrece su visión. «Ellos ya llegan con alta capacidad de trabajar en equipo, se educaron así, por lo que el entrenador no necesita trabajar mucho este aspecto. Cada uno, individualmente, sabe la importancia de esta forma de juego», manifiesta.
2- Humildad ante todo
Para Cassano, los integrantes de la «Generación Dorada» distan mucho de los jugadores de fútbol: no son tan individualistas ni quieren distinguirse. En su opinión, «tienen la actitud de los verdaderos ídolos.»
En ese sentido, Melamed habla de la humildad como una «característica central» del equipo.
«Se trata de profesionales que más allá del lugar que ocupen o de los logros que hayan alcanzado, tienen como una especie de sentido de pertenencia, una actitud hacia el trabajo y un empezar como si fuera su primer juego olímpico o mundial que es poco común pero muy importante».
Además, dice, las actitudes humildes se reflejan en la facilidad para escucharse entre compañeros o en no quejarse por ir al banco para darle a otro la posibilidad de ingresar al campo de juego.
Y desde el IAE, Hatum completa: «No es solo Ginóbili sino que hay otros cinco jugadores, sumamente reconocidos, que son los pilares del equipo. Pero todos manejan la humildad, para darles a otros la oportunidad de llegar y sentirse parte, es decir, priorizan el aglutinamiento del resto, porque saben que sino es más difícil el hecho de trascender.»
3- Facilidad para adaptarse a las nuevas circunstancias
Según destaca Cassano, los integrantes del «dream team» argentino se adaptan tanto a las nuevas circunstancias como a los diferentes estilos de personalidad y conducción.
Para la experta en RRHH, «están acostumbrados a los cambios y esto les da la posibilidad de no experimentar ni ansiedad, ni tensión en situaciones nuevas. Por el contrario, les encanta esa adrenalina.»
Asimismo, el ejecutivo de Coca-Cola hace hincapié en que los jugadores de la «Generación Dorada» tienen actitudes que les permiten reinventarse permanentemente.
Y, en línea con Cassano, resalta que no utilizan la misma receta para diferentes instancias sino que se adaptan a las nuevas circunstancias que están viviendo.
4- Complementariedad
Además de ser personas sumamente talentosas, los integrantes de un equipo de alta performance deben ser complementarios, consideran los especialistas.
Esta característica, fundamental para el éxito de los grupos de trabajo, hoy está presente dentro del Seleccionado argentino: como pocas veces, se da que cada uno juega y se destaca en un puesto distinto que, a su vez, en muchos casos, pueden intercambiar sin mayores problemas.
En estos Juegos Olímpicos, Prigioni, uno de los mejores basquetbolistas de Europa recientemente comprado por los New York Nicks, juega de base. Ginóbili se destaca como ayuda base y Delfino como alero, roles que a su vez pueden invertirse.
Scola ocupa el puesto de pivot y Nocioni está jugando de ala pivot. Su posición es otra (alero), pero la está sacrificando porque al equipo le falta altura.
5- Motivación trascendental
Según explica Melamed, las personas se mueven por tres tipos de motivaciones: las intrínsecas, las extrínsecas y las trascendentes.
Pensando en cuál predomina en el caso de los integrantes de la «Generación Dorada», la respuesta es obvia. Ellos juegan y se involucran por una cuestión de trascender, de dejar una huella en la historia deportiva, y no por el pago que reciben.
En cambio, dentro de las compañías la situación suele ser otra.
«En las empresas es común que se fomente la motivación extrínseca, es decir, pagar más para que se logren más objetivos, cuando en realidad lo más importante es focalizarse en la misión que tienen los empleados y en lo que ellos sienten que pueden dejar, ya que cuando esto ocurre, la probabilidad de logro se incrementa», advierte el ejecutivo de Coca-Cola.
Hatum coincide: «Hay algo muy trascendente en este equipo, que va más allá de cualquier otra característica. Y este intangible es lo que, a su vez, hace más prestigioso al grupo.»
Cassano, en tanto, hace hincapié en la importancia de la automotivación. En su opinión, «estos jugadores tienen alta tolerancia a la frustración y han desarrollado la automotivación para poder recuperarse cuando no les va bien.»
6- Sentido de grupo
Todos los expertos consultados por iProfesional.com coinciden que dentro del Seleccionado existe un sentido de grupo muy interesante, cuya marca registrada es el nombre de «Generación Dorada».
«Se trata de un equipo en el que no son iguales sino que son todos bien diferentes pero complementarios. Pueden ser estrellas y convertirse en solitarios gladiadores pero acá es un conjunto en el que van rotando los liderazgos en función de las capacidades y del momento de cada uno«, resume Melamed.
Según su visión, tienen un hilo conductor que es el respeto por la individualidad y la complementariedad, una característica que los equipos de trabajo también es muy importante.
7- Una historia e identidad común
Dado que sus edades son muy similares -salvo algunas excepciones rondan entre los 30 y 35 años- todos jugaron en la Liga Nacional de Básquet, dejaron su impronta y compartieron torneos, muchas veces como compañeros y, otras, como rivales.
«Hay ciertos elementos y experiencias compartidas, en muchos casos desde los inicios, desde que eran muy jóvenes. Y hoy en día lo que más se requiere en las compañías tiene que ver con la capacidad de aprender a partir de las experiencias, dado el escenario complejo y de alta incertidumbre que vivimos», dice, trazando un paralelismo con el mundo corporativo, Melamed.
Además, desde su lugar de deportistas, los jugadores son embajadores de sus países y conscientes de eso, si bien la flexibilidad y el profesionalismo les permiten adaptarse a cualquier cultura.
«Ellos saben que más allá de donde están físicamente los une una cuestión de identidad que es la Argentina y de haber nacido de una liga profesional que tiene mucho que ver con el trabajo, la dedicación y la perseverancia. Y cuando un profesional tiene algo que lo identifica y lo une al resto se marca un diferencial», coinciden los expertos.
8- Capacidad de capitalizar los aprendizajes
Los basquetbolistas argentinos que están representando al país en Londres siempre tuvieron la capacidad de capitalizar los aprendizajes, tanto cuando les fue bien como cuando los resultados no fueron los esperados, proyectándolos hacia el futuro, aseguran los especialistas consultados.
Incluso, destaca Melamed, «mantuvieron la humildad en el triunfo. Nunca se la creyeron. Ganaron y al día siguiente seguían trabajando. Acá se ve una capacidad de rehacerse permanentemente y de encontrar siempre el fuego sagrado.»
9- Alta dosis de profesionalismo
Un aspecto no menor es que los jugadores argentinos son capaces de respetar las normas, de seguir un proceso, de cuidar la calidad, los tiempos y no perder de vista el objetivo, describe Cassano.
Eso, ni más ni menos, es ser profesional en todos los ámbitos y lo que suelen requerir y esperar las empresas de su pool de talentos.
Y pese a ya estar realizados, todos siguen entrenando y haciendo sacrificios. Además, ante cada contienda se preparan como si fuera su primer partido.
El año pasado, de hecho, Delfino entrenó estando lesionado y acortó su período de recuperación para poder estar presente en los Juegos de Londres.
Este tipo de actitudes de superación personal muestran un profundo amor por la camiseta pero, a su vez, sus ganas de formar parte del grupo. Y de la historia.
10- Un ejemplo para las nuevas generaciones
Todos los integrantes de la «Generación Dorada» predican con el ejemplo y son modelos a seguir para las nuevas generaciones de jugadores y los chicos que, tímidamente, se van acercando a la disciplina .
Hoy los basquetbolistas argentinos de todas las edades y categorías que sueñan con ocupar su lugar. Ellos lo saben y actúan en consecuencia.
Solo por citar algunos casos: Ginóbili creó una fundación con el fin de ayudar a organizaciones solidarias para niños de diversos lugares de la Argentina, mientras que Scola colabora con la implementación en el país del Programa TAP (Transición al Profesionalismo) una iniciativa cuyo objetivo es brindarle a los jugadores en su etapa de desarrollo las herramientas para la toma de decisiones en lo deportivo y lo humano.
El desafío de la sucesión
Pero más allá de todos atributos, cuando se piensa en el futuro de la Selección Argentina de básquet surge un sinfín de interrogantes. ¿Se está preparando el cuadro de reemplazo? ¿Los que vienen serán tan buenos como los que están? Con nuevos jugadores, ¿la disciplina continuará ocupando un lugar destacado dentro del mapa mundial?
Al igual que sucede en las empresas, la sucesión es hoy el principal problema de este deporte. Entre las promesas del equipo que está representando a la Argentina en Londres se destacan Facundo Campazzo, Marcos Mata y Juan Manuel Fernández, entre otros. Pero «Generación Dorada» hay y habrá una sola.
Fuente: Iprofesional.com